Momento subyacente

El pasado 8 de abril miles de personas fueron liberadas – al menos por unos minutos -, de rutinas diarias bloqueadoras, casi robóticas, remolcadoras rumbo a la indiferencia y a la perdida de esperanza.
El Eclipse de ese día motivó a la gente a pensar de otra manera, a pensar que hay cosas que subyacen fuera del alcance nuestro, más allá de la política, de la enemistad y de la guerra. El Eclipse hizo que pensemos acerca de lo pequeño que realmente somos.

Vecinos entusiasmados y apasionados a la astrofotografía viajaron muy temprano a las partes más altas de las montañas que rodean nuestro municipio. Equipados con telescopios avanzados pero para aficionados (Telescopio Solar H Alpha), permanecieron en el lugar por 8 horas mientras debatían acerca del Sol y su plasma, campos magnéticos y de ese burbujeo llamado convección.  

Históricamente, es muy importante que la Ciencia haya podido entender lo que ocurre entre el Sol, la Luna y la Tierra, y poder predecir con exactitud como lo hace ahora. Pero hay consecuencias del Eclipse que aún la ciencia desconoce. Por ejemplo, al pasar esa sombra de 200 kilómetros de ancho sobre mares y lagos, produce una baja de 5 grados en la temperatura del agua. Al enfriarse el aire hay más presión atmosférica y esto genera viento. Al propagarse el viento, no se sabe cuál es el efecto en la migración de los peces y en los cardúmenes.

 

 

 

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